Apuesta perdida
Aposté por ti y perdí. Creí en ti aunque me decías que nuestros caminos eran distintos. Veían todo aquello que tú mismo no podías ver. Creí en ti a ciegas y por eso aposté todo a ciegas. Pero hasta el mejor apostador también puede perder. Perdí, porque me di por vencida, no porque no pudiera continuar, sino porque ya me estaba dañando mucho, me había dejado de querer por quererte a ti y no me importaba sufrir con tal de estar junto a ti. Aposté por ti y no me importó abandonar el pasado que no quería dejar, ese pasado la cual vivía muy aferrada, pero aposté por ti porque me enamore. Me enamore de un ser que no existe, de una voz dulce y tierna que me decía que no temiera. Me enamore de las sonrisas que en el inicio me sacaste ante tanta tristeza en la que vivía. Me enamore de alguien que es, pero no quiere admitir ser. Porque aposté por alguien que no cree en sí mismo y no confía en mi. Me enamore de un ser orgulloso que no es capaz de bajar la guardia para ...